Muchas veces hemos oído las expresiones FIFO, LIFO… ¿pero que son?, ¿para que sirven?.
Esta semana en los miércoles logísticos trataremos de poner un poco de luz a las técnicas o métodos de gestión de cargas.
Esperamos que os guste….
Entre los procesos que se llevan a cabo dentro de un almacén podríamos distinguir en tres grandes categorías: las entradas, el almacenamiento, la preparación de pedidos o picking y las salidas. En estas grandes operativas, hay ciertos criterios que determinarán la disposición de todos los elementos de almacenaje y de ciertas variables de la mercancía a almacenar, ya que no se tienen los mismo criterios de almacenaje para los productos perecederos que para los no perecederos.
En definitiva, la elección del criterio adecuado para cada tipología de producto determinará, la buena gestión del almacén y su repercusión, tanto económicamente como en el servicio al cliente final.
Las distintas técnicas o métodos de gestión de la carga del almacén más comunes son: El FIFO, LIFO, FEFO. Cabe recalcar que en un almacén pueden (y según qué casos, deben) haber distintos criterios a la hora de almacenar productos, ya que por ejemplo, en un distribuidor de gran consumo, pueden haber tipologías de productos que exigen distintos métodos de gestión de carga.
De las siglas en inglés FIFO extraemos la expresión “First in, First out”. “Lo primero que entra será lo primero en salir”. Este sistema es usado de manera lógica en los productos perecederos, que son un claro ejemplo.
En el caso del FIFO el hecho de que el producto sea perecedero o no, es un factor importante pero no decisivo, ya que multitud de compañías que usan este método para poder expedir por lotes, o por fecha de producción, por lo tanto no tendría vinculación directa al factor de la caducidad ya que muchos productos no tienen una vida caduca.
En el momento en que entra el factor de la caducidad como variable, cambiamos las siglas y el método pasaría a llamarse FEFO, en inglés “First expired, First out”. “El primero que caduca, el primero en salir”. Este criterio, con toda lógica, pretende minimizar el riesgo de pérdida de producto, dentro del almacén ya que cuanto más tiempo se pase el producto dentro del almacén, más posibilidades tiene de que se deteriore o pierda valor. No hay que olvidar, que no usar ningún método o técnica de gestión de carga en los productos perecederos puede acarrear consecuencias negativas, ya que la entrega de un producto perecedero caducado o en mal estado puede afectar directamente a la imagen de la compañía, tanto a proveedores como al consumidor final.
En un almacén de cierta envergadura con un número de alto de referencias, llevar el control de las cargas de manera manual puede ser una tarea casi imposible, por eso, será un requisito casi indispensable la incorporación de un Sistema de gestión de almacén (SGA) que controle todos los movimientos de la mercancía dentro del almacén.
Por último, en el supuesto que una misma referencia con varios lotes donde las fechas de caducidad coincidan, se aplicará el FIFO para discriminar que lote será el que se tenga que enviar primero.
Dentro de las distintas técnicas de gestión del almacén la última que queremos enumerar es el LIFO de sus siglas en inglés, “Last in, First out”. “El último en entrar, el primero en salir”.
Este sistema o método, es habitualmente usado para productos homogéneos, con una rotación media, con poco stock y sin la obligación de garantizar control por lotes o caducidad. Con esto, lo que se consigue es una mayor optimización del espacio de almacenaje, ya que requerirá menos pasillos, por lo tanto en menos espacio se podrá almacenar más cantidad de productos. el más conocido y usado, para cargas largas y pesadas son las estantería “Cantilever”. Estas estanterías están compuestas por unas columnas estructurales y brazos en voladizo, que serán los que soportarán la carga.