Esta semana en los miércoles logísticos cambiamos la dinámica, aportando una visión mas personal sobre el mundo de la logística.
Esperamos que lo disfrutéis…
Iniciamos curso y las perspectivas de la logística son abrumadoras. Nos procede un 2017 con un aumento de proyectos de todas las envergaduras y complejidades. Y prevemos un crecimiento de la necesidad de aplicar mejoras continuas en los centros logísticos.
La crisis que tanto ha castigado los centros logísticos también ha mantenido a aquellos que han sabido gestionar de formas más optimizada sus recursos. Aunque, la falta de posibilidad de inversión en nuevas instalaciones o reformas, ha obligado a los empresarios a mantener el tipo con el cinturón bien apretado, hasta tener la certeza y esperanza de un presente y futuro inmediato estable comercialmente o con posibilidades de crecimiento.
Este es el punto en el que nos encontramos, las grandes compañías de nuestro mercado no han dejado de crecer y con ellas las grandes inversiones en logística, fundamentalmente proyectos de gran envergadura y claramente automatizados. Las de tamaño medio y quizás las más reticentes a retomar la dinámica de evolucionar hacia el futuro, se encuentran con la necesidad de movilizarse y actualizarse para seguir obteniendo ahorros y/o optimizar sus procesos lo cual debe contribuir a una garantía de alcanzar paybacks muy cortos que permitan la ejecución de dichos cambios y mejoras. Y qué decir de las pequeñas, los más cansados ante la falta de recursos, no solo económicos; por lo que su necesidad de puesta al día es imperiosa para poder garantizar su continuidad y permitir una recuperación económica bien merecida sin duda alguna.
Así pues, el ámbito logístico atisba un crecimiento importante, pues cada vez más se espera de la posibilidad de mejorar las condiciones, optimizar costes, alcanzar nuevas cotas de servicio más atrevidas.
Cada vez más la cadena de suministro requiere de un gran ajuste de todos sus engranajes y aquello que antes era un gran acierto comercial, de marketing, hoy puede ser un fracaso si no disponemos de una eficiente cadena logística. Los mercados de consumo actuales con mayor competencia cada vez obligan a las cadenas de suministro a enfrentarse a grandes retos con un único objetivo: entregar el producto en el momento, en la cantidad-calidad adecuada y al mejor precio posible.
Es importante evolucionar el concepto de la gestión logística, hacia una red impulsada por la demanda donde es necesario reducir los tiempos, los stocks así como mejorar el nivel de servicio y reducir costes.
Para poder alcanzar todos y cada uno de estos retos hay algunos objetivos fundamentales que toda compañía debe tener presentes para abordar cualquier proyecto de futuro logístico:
- Debemos crear un modelo logístico dinámico y flexible que nos permita adaptarnos a las circunstancias cambiantes con mayor celeridad del mercado.
- Las nuevas tecnologías pueden ser buenas aliadas o nuestra ruina si no escogemos adecuadamente.
- El dinamismo del mercado nos conduce a aplicar soluciones concebidas bajo un prisma general, pero aplicables parcialmente, para permitir alcanzar mejoras inmediatas.
- El beneficio económico sin perder de vista la visión futura de la compañía son el único camino hacia el éxito y la continuidad.
La visibilidad y la integración son dos conceptos que se han convertido en distintivos en el mundo actual de la gestión logística. No hay que arrinconar conceptos primordiales como la seguridad en todo su espectro y/o la tecnología, fundamentales tanto si concebimos la gestión logística como un recurso propio o externalizado. En ambos casos el enfoque principal es optimizar el coste total de la operativa en su conjunto. Imprescindiblemente hoy, disponer de una cadena logística bien administrada puede resultar una enorme ventaja competitiva que nos impulse hacia un futuro más próspero.